Alimentación de las cobayas

La alimentación de las cobayas debe basarse en conocer que son roedores herbívoros estrictos y además son fermentadores; esto quiere decir que tienen su aparato digestivo adaptado para hacer fermentación de los alimentos. Todo esto les sirve para aprovechar mejor las propiedades de los alimentos.

Partiendo de esta base, hemos de decir que la alimentación de las cobayas debe basarse en un aporte muy moderado de cereales, una cantidad moderada de fruta y verdura frescas y fibra larga a libre disposición.

Desde que se produjo el auge en la cría de la cobaya como animal de compañía, se desarrollaron piensos compuestos de cereales y semillas con muy buena formulación y que le ahorran al propietario todo el trabajo mental de decidir qué cereales poner, cómo ponerlos y en qué cantidad. Este avance trajo a su vez múltiples problemas, como es el abuso de los piensos compuestos. Los motivos: desconocimiento, falta de tiempo o que las cobayas son muy selectivas.  Estas circunstancias han derivado en muchos problemas digestivos, de boca y metabólicos que están acortando la vida de estos animales.

La base de la dieta para un correcto funcionamiento del aparato digestivo de la cobaya es la fibra larga, es decir, el heno. Estos animales deben comer al menos un 60% de fibra larga. El heno es necesario para hacer la fermentación de forma correcta, lo cual es muy importante, ya que, si no tenemos heno suficiente en el tracto digestivo, el alimento no avanza. Esto produce una fermentación excesiva, con una parada intestinal con dolor, acumulación de gas, bajadas de tensión, y en casos graves la muerte. Que una cobaya no coma es siempre una urgencia veterinaria, ya que en seis u ocho horas puede producirse la parada intestinal y desencadenar todo el proceso.

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Problemas derivados de la alimentación de las cobayas

Por otro lado, el aparato dental de la cobaya está “diseñado” para comer heno durante toda su vida. Por tanto estos animales tienen crecimiento continuo de los dientes durante toda su vida. La única forma de desgastarlos es con el movimiento rotatorio (similar al de las vacas en la rumia) que hacen al comer heno. Si no hay un consumo de heno adecuado, las muelas crecerán, se clavarán en los carrillos y en la lengua, y harán que el animal deje de comer.

Tanto los problemas digestivos como los dentales han de ser tomados muy en serio y tratados por un veterinario de forma urgente, ya que son un grave riesgo para la vida del animal.

Otro punto a tener en cuenta con la alimentación en cobaya, es que estos animales no sintetizan la vitamina C. Deben extraerla de los alimentos. Casi todos los piensos traen vitamina C en la composición, pero como sólo podemos dar al día una cucharada de pienso, no suele ser suficiente.  Lo ideal es darles fruta y verdura fresca que contengan esta vitamina, pero si no es posible, existen complejos vitamínicos tanto en jarabes como en comprimidos.

 

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Dieta ideal de las cobayas

Así, la dieta ideal diaria de una cobaya la podemos resumir en:

  • 60% de heno de buena calidad, que debe estar limpio en una tolva fuera de la jaula. Hasta los 6 meses, lo ideal es dar heno de alfalfa, que es muy rico en calcio, puesto que la cobaya está en crecimiento. Después este heno debe ser sustituido, puesto que un aporte excesivo de calcio puede ocasionarnos problemas de riñón y piedras en la vejiga.
  • 25% de vegetales frescos: berros, canónigos, escarola, acelgas, endibia, apio, diente de león, todo bien lavado y escurrido para eliminar posibles restos químicos. Evitar la lechuga iceberg pues puede provocar diarreas.
  • 10% de pienso especial para cobayas de buena calidad; hay que evitar los que incluyan semillas (pipas, maíz, frutos secos…) y el pienso de conejo. La recomendación es dar un pienso homogéneo para que la cobaya no pueda elegir.
  • 5% de frutas frescas: kiwi, melocotón, naranja, mandarina, cerezas, nectarinas, fresas, pera, melocotón, manzana, plátano y uvas, siempre lavadas y con piel.

No debemos darles nunca productos lácteos o sus derivados, carne, aguacate, huevos o productos que lo incluyan; tampoco setas, enlatados o conservas, productos congelados, zumos y refrescos preparados. Las patatas, cebollas, ajos, ajos tiernos están prohibidos en su alimentación, ya que le producen diarreas y problemas estomacales. Hay que evitar también la col, que les produce gases.