– El primer paso para que tu conejo acuda al veterinario de la manera más cómoda es elegir un buen transportín. El transportín ideal debe ser rígido, para que no pueda mordisquearlo y romperlo, preferiblemente con apertura superior, para poder sacarlo y meterlo en él con mayor facilidad y sin que se asuste, y del tamaño suficiente para que pueda girarse y tumbarse dentro de él, pero si ser demasiado grande para con el movimiento del viaje no pueda golpearse contra las paredes.
– Debes permitir que se acostumbre al transportín. Lo mejor es dejarlo unos días antes de la visita al veterinario en su hábitat, ponerle golosinas o comida dentro y permitir que entre y salga de él con libertad.
– Para el viaje debes poner en el transportín material absorbente en el fondo, como puede ser una empapadera, una toalla, o papel de cocina o periódico, de modo que si se orina, este material lo absorba y nuestro conejo no vaya incómodo. Además es recomendable que le pongas un poco de heno en el interior, así estará más cómodo y podrá tomar un tentempié durante el viaje. No es recomendable que lleven el bebedero colocado, ya que con el movimiento el agua puede derramarse y mojarlo a él, pero si llévalo contigo para poder ofrecerle agua una vez en destino.
– Acondiciona el coche antes de montarlo. Los conejos son muy sensibles a las temperaturas extremas, pero principalmente al calor. Un rato antes de montarlo al coche debes encenderlo y poner el aire acondicionado para que se enfríe, baja las ventanillas para que haya una adecuada ventilación y apárcalo a la sombra. Durante el viaje vigila bien a tu conejo, ya que pueden sufrir golpes de calor. En épocas calurosas intenta no viajar con él en las horas centrales del día.
– Cuando llegues a la clínica, acomoda el transportín en un lugar alejado de otras mascotas, sobre todo de los perros. Nuestros conejos son por naturaleza animales presa, y es muy estresante para ellos que se le acerque un posible depredador y no poder huir.
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